En el juego Night in the woods hay una escena donde nuestra protagonista Mae, acompaña a su amiga Bea a una fiesta en otra ciudad, al llegar Mae charla un poco y deciden separarse y dar una vuelta cada una por su lado.

Yo decidí explorar un poco, charlar con la gente que estaba en el lugar y admirar la escena, una de las que, a nivel estético, más me llamó la atención de todo el juego (cosa que considero que es mucho mérito, teniendo en cuenta la cantidad que hay en esta hermosa aventura de 14h), más que nada por el «ambiente» que tiene, y las «vibes» que me transmite, es un momento que cuando lo viví me encanto, pero no me llego a resonar con nada personal, a diferencia de muchos otros aspectos del juego, que si lo hicieron. Hasta que un mes más tarde, mientras recordaba este hermoso juego, recupera una memoria que tenía escondida.

En capital federal (buenos aires) hay un lugar llamado gier music club, un amigo mío cantá y en una ocasión lo hizo ahí, y con un grupo de amigos le fuimos a hacer el aguante.

habían apagado las luces, excepto por un par de focos de colores tenues del escenario, y ahí subido

habia un flaco con un casco de moto, rodeado de luces led brillando en un montón de colores, y bailaba al ritmo de una música electrónica que no había escuchado en mi vida, y por algún motivo, por los 5 minutos que estuvo bailando, me quedé completamente maravillado por lo que estaba pasando alrededor mío, tanto que todo esto se me pasó en un instante, pero que cada vez que me acuerdo parecen infinitos.

Todo esto pasó hace un par de años ya, así que no recuerdo ningún detalle muy concreto, pero ese ambiente . . .

Es algo que nunca puede experimentar de vuelta

Y en lo que pienso de vez en cuando.

Por eso, cuando repasando mis memorias, hice la conexión entre el club de night in the woods y esa noche en capital, entendí perfectamente que me había enamorado de esa escena en el juego y cómo esas emociones inexplicables que sentí desde la «tribuna», ahora para compartir con ustedes,

esa imagen, ese lugar completamente desconocido, pero que se sentía tranquilo e interesante,

que duró un instante, pero se quedó conmigo, para siempre.

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